Sabéis que siempre es bueno hacer ejercicio pero ahora , a veces, resulta complicado . Por lo general pasamos mucho más tiempo quietos y haciendo actividades que requieren concentración que de normal, y hacemos mucho menos deporte o actividades movidas. Es posible que algunos niños no se duerman tan fácilmente como antes lo hacían, o que se muestren más alterados de lo normal durante algunos momentos del día. Os aconsejamos que si podéis cubráis esta necesidad de movimiento y de todos modos os dejamos algunas técnicas de relajación, para poner en práctica en esos momentos en los que queráis que vuestro hijo vuelva a sentirse en calma. Son técnicas que si practicáis con asiduidad ayudaran a vuestros hijos a controlar la respiración y paulatinamente a adquirir habilidades de autorregulación emocional.
Plumas
En parejas se sientan en frente uno del otro. La persona que va a recibir el masaje cierra los ojos y la otra coge la pluma. Pasamos con la pluma por las distintas partes de su cara, haciendo formas y movimientos. También se pueden coger las manos y acariciarlas con la pluma. Después hay que cambiar los papeles.
Vela
Se enciende una vela y el estudiante simplemente observar su llama, enfoca su atención y liberala mente de cualquier otro pensamiento. Cuando la llama esté interiorizada en su cabeza que cierre los ojos y la visualice, que recuerda su color, su forma, cómo bailaba la llama.. Si se ‘pierde’ que vuelva a abrir los ojos y se centre de nuevo en la llama.
GARBANZOS
Se coloca una bolsita de garbanzos encima de la tripa y se observa cómo sube y baja cuando respiramos (si no se mueve es que no se está respirando bien). Luego, hay que sacar todos los garbanzos de la bolsita y volver a meternos de uno en uno despacio, contándolos, observando sus colores, palpando su forma… ¿Falta alguno?
Soplador de pompas
Hay que respirar e intentar hacer pompas con calma. Mirar cómo vuela la pompa y seguirla.