Tras la sorpresa inicial y el decorado de pasillos, aulas y espacios comunes, durante esta semana nos hemos metido de lleno en la segunda fase de nuestro proyecto: la recogida de información. Como sabéis, trabajar por proyectos implica poner al niño en el centro del proceso, convirtiéndolo en protagonista de su propio aprendizaje. Y, para ello, hay que investigar, recopilar y compartir ideas… En este caso, sobre los cuentos. Y qué mejor manera de lograrlo que convirtiéndonos, por un día, ¡en cuentacuentos!
Así pues, partiendo de los diferentes materiales que hemos ido recopilando sobre el tema, cada niño ha tenido oportunidad de explicar al resto cómo ha sido su proceso investigador y compartir libros, collages, vídeos, manualidades, marionetas, etc. Algunos valientes se han atrevido a grabarse representando y narrando su cuento. Otros han traído escritas sus propias historias, combinando la versión clásica de los cuentos con ideas nuevas, elementos extraños y personajes alternativos. Y es, en este momento, cuando cada niño tiene la oportunidad de presentar su información y transformar sus ideas en material de aprendizaje.
Si tenemos en cuenta que la actividad de narrar cuentos les entusiasma desde bien pequeños, les permite desarrollar su lenguaje, los entrena en el encadenamiento lógico de las ideas, refuerza su expresión oral y supone una excelente estrategia para motivar por la lectura, entenderéis que no hemos encontrado mejor manera de encauzar esta segunda parte del proyecto que sentándonos a escuchar.
Y es entonces cuando sentimos el verdadero placer de enseñar: cuando dejamos de ser simples transmisores de información y nos sentamos a escuchar a los niños y niñas, forjando así los cimientos de un aprendizaje en el que ellos son actores principales.
No os perdáis las fotos que ilustran el proceso creativo y algunos de los resultados finales que han convertido a nuestros peques en narradores de historias. ¡Os seguiremos informando!
Feliz semana.